Eliminar las limitantes para una vida de éxito
Cada persona es un mundo
diferente, cada persona enfrenta sus propias felicidades, sus propias alegrías,
sus motivadores, pero también en su realidad se verá enfrentada a sus
tristezas, recuerdos negativos, limitantes, frustraciones, miedos, a una serie de
creencias que se inculcaron incluso desde su niñez, esos límites que hacen que
la mayoría de las personas no logren ser exitosas y tengan que dedicarse a
simplemente sobrevivir, esas limitaciones que evitan romper esos paradigmas.
Cuando logramos romper o superar
esos límites, nos veremos obligados a salir de nuestra zona de confort, es
necesario entender que las cosas que requieren más esfuerzo para ser logradas
son las que más grandes recompensas traen a nuestras vidas.
Es por eso que en este escrito voy
a realizar una síntesis personal del libro La Vaca del Doctor Camilo Cruz, una
interiorización de todos aquellos aspectos que no nos permiten salir de esa
zona de confort que no nos llevará al éxito.
Lo primero que debemos tener en
cuenta es que a todo pretexto, duda, miedo, evasiva, excusa o falsa creencia
que nos mantiene atados a una vida llena de mediocridad se le determinará como “una
vaca” y el autor nos invita a eliminar todas esas vacas para lograr una vida
exitosa.
Quiero iniciar comentando la historia
que he ido viviendo en mí trabajo, un trabajo lleno de oportunidades por
aprovechar, un mundo que era desconocido para mí, pero que se ha convertido en
uno de los retos más grandes e importantes de mi vida, en julio del 2014,
después de largas búsquedas de trabajo por internet, semana a semana, día a
día, hora a hora y cuando cada vez las ofertas laborales iban siendo menores,
me empecé a ver enfrentado a una vaca, a la vaca del miedo, miedo a no
encontrar una oferta respetable, miedo a tener que conformarme con un trabajo
que no llenara mis expectativas y no me impusiera retos para demostrar mis
posibilidades, recuerdo muy bien que eran las 5:50 de la tarde cuando me
llamaron de una oficina de empleos temporales, que me requería al siguiente día,
con todos los documentos a las 8:00 de la mañana, ofreciéndome así el puesto de
soporte técnico en sitio, prestando mis servicios en un colegio, al recibir el
puesto y al haber recibido las instrucciones de las labores a realizar me doy
cuenta de que es un trabajo que realmente no requiere gran esfuerzo, tenía a
cargo nueve computadores portátiles y nueve proyectores, que el tiempo que
tendría disponible para dedicar a otras labores sería muy generoso, así que si
quería empezar a salir de una vida facilista, debería empezar a romper esos
límites que me imponía el cargo, en ese tiempo, todo el control de actividades
realizadas en los colegios debían reportarse por medio de un Excel enviado al
correo del jefe inmediato, en ese entonces me encontraba en tercer semestre de
ingeniería de sistemas y mis conocimientos en programación y desarrollo de
aplicaciones era muy básica, pero propuse la posibilidad de implementar un
software que permitiera llevar a cabo lo anterior pero con acceso a esta información
en la nube, que permitiera reportar las evidencias de manera digital, aquí me
encontraba de nuevo, viviendo la vaca del miedo, por no tener el conocimiento
necesario, el miedo a no cumplir con lo que me había propuesto, línea a línea,
palabra a palabra, proceso a proceso fui generando un sistema que permitía
incluso generar reportes de visitas colegio a colegio, un software que era
utilizado a nivel nacional por todo el equipo de soporte técnico y de
consultoría.
Ese deseo de apoyar, de ayudar y
de pensar en el bienestar de la empresa llevó a que mi jefe me propusiera la
posibilidad de empezar a trabajar como consultor, capacitando a los docentes de
los diferentes colegios en el manejo de las plataformas educativas de la
editorial, pero a medida que iba avanzando en este proceso, podía identificar
que para dicha labor se requería más que un conocimiento técnico acerca de este
tipo de herramientas y ya se empezaba a evidenciar la necesidad de nuevos
aprendizajes y nuevos retos y a su vez el nacimiento de la dichosa vaca, el
miedo a no conocer muy bien lo que este nuevo puesto requería, el tema
pedagógico y los lineamientos que estructura el ministerio de educación sobre
los que nos regíamos, un nuevo mundo desconocido, una vaca que estoy eliminando
de mi crecimiento profesional y poco a poco se ha ido convirtiendo en una
pasión, así que he ido descubriendo que cuando se elimina una vaca y logras
volverla una herramienta que puede ser utilizada a tu favor puedes generar
grandes impactos en tu vida y en tu entorno.
Es increíble cómo se pueden
empezar a identificar las vacas en las personas con las que nos rodeamos a
diario, cómo los aspectos religiosos, políticos, sociales e incluso científicos
pueden generar grandes limitaciones en el ser humano, incluso cómo nuestros
propios padres nos inculcan pensamientos como “pobres pero honrados”, no se dan
cuenta que nos están educando como perdedores, y como dice Camilo Cruz, acaso
no hay ricos honrados, esa es la generación de vacas de manera inconsciente
puesto que ellos fueron creados con los mismos parámetros.
La mediocridad se alimenta de
muchas vacas, no nos guía al éxito, el aceptarme con todos mis defectos y no
hacer nada para cambiarlos y justificar que así soy y que ya no lo podré cambiar
es una limitación que no solo me impide ser una mejor persona, sino que estoy
bloqueando toda oportunidad de progreso, estoy bloqueando la posibilidad de
surgir y ser el mejor.
Para poder iniciar una gestión
del cambio es primordial matar todas las vacas y romper paradigmas, salir de la
zona de confort, estar dispuestos a desaprender para aprender lo que realmente
necesitamos.
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